William Eggleston
Esta fotografía fue
tomada por Eggleston, artista estadounidense del siglo XX. Lo que me parece
excelente de esta fotografía es su ambigüedad(aunque la palabra esté muy
trillada para referirnos a obras de arte). Me parece que lo que se retrata es
una situación simple: una mujer mayor sentada en un sillón (no hay nada extraño
en esto), pero la foto rompe con esa simpleza creando un clima complejo que
incomoda e intriga al espectador. La pose del personaje, su vestuario y sobre
todo su mirada a cámara, invitan a ser parte de la escena.
También hay un juego
con los colores saturados del vestido y el sillón, que hacen que nuestra mirada
caiga de manera automática sobre ellos. Justamente esa simpleza y los pequeños
detalles, que nuestra mirada va recorriendo en una segunda o tercera lectura de
la imagen, son los que hacen a la excelencia de la foto. Hay un contraste entre
los colores vivos del centro de la imagen y los detalles del entorno, por
ejemplo los resortes de abajo del sillón,
en los que parece empezar a verse algo oculto, oscuro, abandonado hasta pudrirse. Por otra parte, la pose, la manera de agarrar
el cigarrillo y la estética del personaje se mezclan y muestran una contradicción entre un dejo
lejano de lo que tal vez fue un pasado ‘’glorioso’’ del personaje y un presente
en decadencia.
Todos esos elementos crean una reacción en nuestra mirada y
empezamos a sentirnos más involucrados e intrigados. Nos preguntamos acerca de la
figura en la imagen. Creamos un personaje.
En concreto, esta imagen es de una sugestión permanente, es
decir, nos sugiere preguntas constantemente
pero no contesta ninguna y es en esto en lo que radica su excelencia. La
fotografía está sembrada de preguntas sin respuesta en todos los ángulos y pide
y provoca nuevas lecturas posibles en cada nueva mirada.
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